No obstante suele ocurrir que el olvido supera lo
tangible, y se invierten los roles ante el miedo a la difamación
electoral; se sugiere a los que pagan que se cubran de rejas para su
protección, o bien se cierran caminos de libre circulación pues los que
manifiestan agresión pueden lastimar, logrando así que un ente ordenador de
convivencia como la policía confunda sus funciones al proteger a
los vándalos de la agresión civilizada, menoscabando así ciertas bases de convivencia
para deambular por el camino de la comprensión hacia los marginados infractores
sociales.
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