Cuestionar con una Sonrisa!

Siempre es factible cuestionar las conductas ajenas, pero cuando se realiza con una sonrisa... su contenido es bien recibido por el receptor!

Analizar las posturas de otros conduce en principio a dos caminos, uno de los rumbos es la corrección de ciertos detalles no convencionales, siendo el otro rumbo simplemente criticar... sin desear obtener consecuencias ni repercusiones.

Este último deporte de la crítica quejumbrosa no es mas que una catarsis personal, ya que no produce absolutamente nada positivo, sólo cultiva espinas en las relaciones interpersonales que lastiman a quien se acercan al productor, quien a su vez desarrolla una pasión masoquista enarbolada como el encanto de vivir... pero su mutua compañía les complace, por ende se corrobora que la libertad de elección forma parte del equilibrio del conjunto.

Destacar los errores ajenos para alimentar la burla, es propio de los seres humanos que no han logrado salir de su estado animalesco, ya que sólo gestiona la risa circunstancial basada en la inferioridad ajena... considerada con la medida de quien se burla!

Pero ante ésta postura, encontramos su compañera... la indiferencia. Quizás la misma resulte ser el arma más temible que podemos enfrentar, ya que su presencia nos desnuda dejándonos a merced de la impotencia, asumiendo que perder es el próximo vaso amargo que tomaremos, observando nuestra caída desde el rol de protagonista, donde pasivamente descorremos el telón del olvido para superar el trance.

En la senda de los aportes positivos, encontramos que de toda crítica direccionada hacia el desarrollo social – o personal- del otro individuo, siempre es bien intencionada, por lo tanto brota de una voluntad rodeada de afecto que a su vez desea mantener al mismo, pero... con matices diferenciados y pulidos.

Una de las pautas básicas para descubrir la buena intención de cualquier crítica es la argumentación de la misma, ya que el hecho de elaborar un entramado lógico implica haber realizado un esfuerzo intelectual, el cual sólo se confecciona cuando los buenos sentimientos se proyectan hacia la continuidad placentera de la relación.

Si bien el receptor de cualquier crítica se siente molesto en su vergüenza al recibir la interpretación del acto realizado, se enfrenta con la contradicción de sentirse agradecido por el intento de mejorarle su conducta o pensamiento por alguien ajeno, sin mas interés que su cercanía, sumándole que su crecimiento forma parte de un desarrollo emocional que mejorará al ámbito donde se desenvuelve.

Acompañar éste transitar empuñando una sonrisa, ostenta la mejor voluntad en el acto, demostrando con un leve gesto del rostro que el sentimiento del otro es mansamente reconfortado en la participación del mismo, ya que todos sentimos las mismas emociones en diferentes grados de intensidad, y ser conscientes de ello forma parte de la sana convivencia.

Una de los objetivos mundanos es la armonía en el aire que rodea todas las actividades, desestimando a la presión gratuita en pos del dinero como un horizonte vació de continuidad, ya que el mismo es simplemente fotográfico, siendo el cúmulo de vivencias el único recuerdo que nos queda a lo largo de la vida, y que siempre llevamos... adherido al corazón!